Recuerdos de Niñez

Nos conocimos un día de marzo (cuando todavía entrar a clases era en este mes y no en FEBRERO), por allá el ’88 cuando llegue a un colegio nuevo sin conocer a nadie y con la frustración a cuestas de que me habían hecho repetir el primero básico por la sorda, muda y ciega torpeza de mi padre por un colegio de monjas, el que en un año nos aburrió y salimos corriendo en rumbo de cualquier otro donde me recibieran.

Recuerdo su sonrisa dulce y contagiosa de niña, grande, de lado a lado, con sus dientes grandes y blancos, acompañada siempre por detrás de un golpecito en la espalada y sus trenzas colgando.

Recuerdo cuando en el colegio, en medio de los charcos de fría lluvia jugábamos con barquitos de papel, carreras de quién llegaría primero al final, donde el barro y las piedras daban fin a nuestros gritos y valentía destrozando nuestros sueños de convertirlos en grandes fragatas.

Recuerdo el día que se deshizo de algo de ella, para salvarme del reto y de la paliza que me llevaría por desobedecer a mi mamá, y en verdad se lo agradezco, porque en ese tiempo si que le temía a mis papás.

Recuerdo el año que nos separaron de curso, ella por su lado, yo por el mío, aunque en cada recreo, mientras yo jugaba taca-taca o saltaba el luche, nos mirábamos y sonriamos, porque sabíamos que seríamos amigas por siempre.

Recuerdo nuestra primera pelea, y cuanto lloré, porque no podía creer que quién más me conocía no pudiera entender mis pensamientos… pero igual dejo algo bueno, pues tuve un muy buen consuelo…mmm… de los primeros amores del colegio.

Recuerdo cuando partimos con rumbos distintos a seguir nuestra enseñanza media, pensamos en que no nos volveríamos a ver, como pasó con tantos otros, pero Dios nos quiso mantener juntas y regalarnos la maravillosa experiencia de seguir creciendo juntas.

Recuerdo cuando soñábamos juntas en encontrar a esa persona especial, y recuerdo sus primeros amores, hasta cuando lo encontró hace años atrás y por eso le incito a mantenerlo y jugársela por él.

Recuerdo las borracheras juntas y las no juntas, la vez que yo la emborraché (momento desde el cual no puede ver el Gin) además de las veces que la he retado porque encuentro que no es la ocación de pasarse de copas.

Recuerdo tantas cosas más... las muñecas, las fiestas, los campamentos, los viajes, las vacaciones, el cine, las cabritas, las tonteras, la parroquia... en fin, cosas que me hacen darme cuenta que en verdad hemos crecido y construído juntas.

Ahora, cuando por cosas del destino trabajamos en el mismo lugar y nos vemos a diario, quiero decirte que para mí es una alegría el poder compartir mi vida junto a ti, los malos y buenos momentos, las alegrías y las penas, hasta las peleas que tenemos de vez en cuando. Todo esto agradezco porque el estar junto a ti, el estar junto a los que tú quieres, el compartir la historia que nos falta por escribir es súper importante para mí y espero que para tí también…

Muchas felicidades amiga, espero que lo pases Tremendamente bien en este cumpleaños porque cuando cumplas 70 años, espero seguir diciendote !FELICIDADES!....